MARCARLES!

Sufriremos bajas, somos conscientes, pero todo sea por el bien de nuestras hijas, por un mundo mejor para nuestras nietas… Convertiremos en heroínas a nuestras damas caídas, dejando de lado el machacado termino “daños colaterales”. EL MACHO QUE PERMITE QUE LLORES, NO ES UN HOMBRE.

Los cambios, al principio, serán sutiles; pequeños pasos para la mujer. Pero poco a poco, y según aumente el terreno ganado, veremos llenarse nuestras filas de nuevas luchadoras.

Por el momento proponemos algo sencillo:

MARCARLES!

Dejar huellas visibles en su piel. Algo así como un puntito negro en la nuca, de forma que cuando una joven cervatilla se aproxime, atraída por el gorgoteo de apareamiento de un macho “incapaz”, lo reconozca y pierda su tiempo, pues suyo es, en otra parte.

Somos demasiadas las que hemos dejado escapar “bichos” de este tipo, que con sus plumas intactas, han creído hacer un buen papel, y han seguido haciendo lo mismo.

Tal vez, solo tal vez, si un hombre marcado se ve repudiado por su comportamiento, piense que ha de hacer algo, probar de cualquier otra forma: esa seria la gran victoria. Unámonos, distingamolos!

Un simple puntito negro podría ser la señal que siempre hemos deseado, el mensaje que una amiga desconocida nos envía como un regalo. Ese mensaje dentro de la botella y arrojado al mar.

En el hipotético caso de que alguna mujer encuentre un espécimen que merezca la pena, y quiera compartirlo con el mundo…. bueno, estos son fáciles de distinguir: suelen llevar anillos de casados.

(Me anticipo a las criticas: SI!, HOY ME SIENTO “UNA MUJER RESENTIDA”.)

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